Hay momentos en los que la
inspiración desaparece, quieres hacer algo y no sabes por dónde empezar, no
encuentras nada en lo que destaques o no
te sientes motivado a intentar algo nuevo.
A veces la inspiración llega en
forma de personas, hay gente que es como las musas, que transmiten positividad
y te hacen creer que eres capaz de todo aunque no te lo digan directamente o
aunque ni siquiera compartas con ellas tus ideas o tus sueños. Son personas que
hacen cosas increíbles que luchan por sus sueños y que se sacrifican por ayudar
a los demás, por hacer una buena causa y eso es muy inspirador al menos para mí,
hay muchas personas: buenas, malas, egoístas, generosas… y luego están las que
hacen cosas increíbles y te recuerdan que hay que luchar por lo que quieres porque
es muy posible lograrlo, si ellos lo consiguen ¿por qué yo no?
Es bonito conocer a personas así,
saber que hay gente que no conoces haciendo cosas maravillosas e increíbles y
saber que tal vez puedas encontrarte con ellas algún día y ser tu inspiración
para hacer algo parecido, o algo que te hace feliz y que no te atreves por
miedo a que salga mal.
A lo largo de la vida nos
cruzamos con muchísimas personas, a algunas las queremos cerca nada más
conocerlas, a otras las descartamos por qué no nos aportan nada y luego están
las que te inspiran porque son capaces de hacer cosas maravillosas para ayudar
a los demás, por cumplir sus sueños o luchar por lo que quieren y eso es muy
inspirador, porque te enseñan que nada es imposible.